lunes, 4 de diciembre de 2017

Negro engendro del demonio



Me dio mucho gusto volver a verte, volver a abrazarte y sentir ese cariño que solo la verdadera amistad lleva consigo.

Estaba con el ingeniero en su oficina, terminamos los pendientes y decidimos irnos al mismo tiempo. al caminar por el vestíbulo ahí estabas tu, de pie, esperando. Inmediatamente te reconocí y también supe tu condición. Sabía que nadie más podía verte, me dirigí a ti para saludarte y darte un abrazo. No esperaba una larga conversación, ni una sesión de preguntas y respuestas. Solo me acerqué, te abracé, te dije que me daba mucho gusto volver a verte, y tu contestaste con una sola palabra, algo que evidentemente era un password. Ignoro para que era, y a este momento ignoro también lo que me dijiste, pero se que mas tarde lo recordaré.

Me dio una enorme felicidad volver a verte querido amigo. Espero que no sea la última vez.