jueves, 27 de enero de 2022

Autoconmovisión

 Ni siquiera se si esa palabra exista o pueda existir. O si existe una forma válida de expresar el hecho de conmoverse uno mismo.


Exista o no eso fue justamente lo que me pasó. Me explico.

Bueno, antes que nada quiero hacer una aclaración que me parece importante, no soy alguien que guste de vivir del reconocimiento o que siquiera lo necesite para alimentar el ego. Así que este apunte para nada va por ese lado, es simplemente la narración de algo que, como es costumbre en este blog, siento la necesidad de escribir.

Creo que por enseñanza de mis padres de alguna manera siempre he tenido la iniciativa de ayudar al prójimo, siempre me ha pesado el sufrimiento ajeno o la necesidad ajena.
Este rasgo se acrecentó cuando mi amiga La Arqui me invitó a participar en su Fundación.
La Fundación tiene como finalidad ayudar a niños de escasos, muy escasos recursos. Pero ese será tema de otra publicación.

El asunto es que normalmente tengo la costumbre de apoyar a personas que tienen necesidad, en situación de calle. Es común por ejemplo, encontrarlos afuera del Oxxo, en cuyo caso les pregunto si quieren algo. Curiosamente la mayoría de las veces piden una Coca cola. 

Hace un tiempo mi sobrino que vive en otra ciudad, me pidió de favor que revisara si en algún Starbucks de mis terrenos vendían cierta taza que el no había podido conseguir. Así que me di a la tarea de realizar investigación de campo.
Fui al que me queda más cerca de mi casa y no había, así que mi segunda opción fue el de la Justo Sierra. Al llegar al lugar vi que en la banqueta de un banco que está justo frente al Starbucks, estaba una persona en situación de calle, y a la distancia se percibía que tenía algo en la mano, aunque no se distinguía que era. 
Entré a Starbucks, revisé las tazas y no había de la que me habían comisionado conseguir, así que para no verme como un mirón nomás, decidí pedir un café y con la imagen de la persona de la banqueta en la mente, pedí un sándwich de pavo para el.
Me entregaron mis compras, salí del local, y me dirigí directamente a la persona de la banqueta. Lo saludé y le pregunté si quería un sándwich, al momento que extendía mi mano para entregárselo. El lo tomó y agradeció con gusto el obsequio. En ese momento pude ver que lo que tenía en la mano era una tortilla dura a medio comer. Le pregunté si le gustaba el café, sonrió y me dijo que si. Así que le entregué el café que había comprado para mi. Su cara de felicidad al recibirlo me dio una mezcla de ternura, tristeza y alegría. Me despedí y me subí a mi carro, conmovido por la situación. 
Que fortuna la mía de poder dar.


martes, 25 de enero de 2022

Updates

 

Me encanta este blog. Mi blog.

Una de las cosas por las que me gusta tanto es que puedo venir a el y viajar en el pasado con mis propias palabras, saber lo que pensaba o lo que sentía en determinado momento. Otra de las  cosas que me gusta de leer mi blog es ver y sorprenderme de lo rápido que pueden cambiar las cosas.

Hoy mismo leía las publicaciones y me enfrenté a la tentación de anexarles updates a un par de ellas. Sentí la necesidad de decir "Hey! No es cierto, siempre si quiero!". 

Por suerte no sucumbí a la tentación y dejé  mi blog tal como estaba, como debe quedarse para contar la historia tal como sucedió. 

She

 

"Ella me demandaba demasiado tiempo y atención,  como si solo se tratara de ella, como si yo no tuviera una vida toda culera que atender".


Fragmentos del libro que aún no escribo.