domingo, 30 de noviembre de 2014

The King´s Speech








No entiendo el amor de algunas (muchas [muchísimas] ) personas. Gastan su tiempo, su vida, y lo peor, el tiempo y la vida de los demás en insultar, pedir, suplicar, amenazar, rogar, llorar, patalear, y a veces hasta agredir física o verbalmente a la persona "amada" en vez de utilizar ese tiempo para enviar flores, mandar mensajes de buenos días, comprar algún regalo, atender las necesidades del ser amado, decir simplemente "en que te puedo ayudar?" , o "aquí estaré por si necesitas algo" . 
Creo fervientemente que unos chocolates (o unos quequitos) son más efectivos que un "Te vas a arrepentir de rechazarme". Creo que un poema bien o mal hecho, algunas cartas de esas que salen del corazón, o algún mensajito de amor o de simple deseo de felicidad en el vidrio del carro tarde o temprano te redituaran algún beneficio a tu causa afectiva, o si no lo logran al menos tendrán el efecto de bálsamo para tu pena y tenderán el puente para una relación cordial. A final de cuentas gastarás la misma energía en hacer cualquiera de las dos opciones.


Como decía aquel… No quiero que me ayudes, con que no me jodas es suficiente.










martes, 4 de noviembre de 2014

Vacaciones de mi











No recuerdo cuando decidí tomar vacaciones de mi. Recuerdo en algún momento haber deseado tomarlas, pero no se en que momento sucedió.

A estas altura y a toro pasado creo que me fue como a Mecano en su No hay marcha en Nueva York o a los Hombres G en Nassau. Enorme diferencia entre expectativa y realidad. 

Resulta que como estaba no estaba tan mal comparado con el "A donde" me fui. Parece que resulta bueno alejarse de lo que se tiene para empezar a valorarlo. Ahora adentrado en los recuerdos puedo decir que no la pasaba mal, simplemente las circunstancias me llevaron a otra parte, y no hablo de otra parte de la ciudad o del país o del mundo, hablo a otra parte de mi.

Cambio de hábitos, de costumbres hasta de amigos y casi casi de música. 

Ahora que regreso y veo el tiradero solo tengo ganas de limpiar y poner orden. Resetear y empezar otra vez. Ser ese yo que la pasaba tan bien, ese yo que hacía exacta y estrictamente lo que le daba la gana. Ese yo que fundó una dictadura, la dictadura perfecta, la de Sanescrin.

Ese yo cuya voluntad era tan independiente como arrebatada, que decía Si o No o Tal ves justo cuando tenia que decirlo, y solía decirlo cuando le daba la gana. This boots are made for walking y eso es justamente lo que voy a hacer, caminar a lo que me gusta, caminar hacia el yo que era, retrocediendo para avanzar.