viernes, 12 de febrero de 2016

El Cáncer de la Infidelidad.





Hoy revisaba en modo random mi blog, y encontré una entrega que hice hace unos años para una persona muy querida que fue triste y despreciablemente traicionada, el post se llamaba La Vida desde el Dolor II (Pueden verlo AQUÍ) El hecho de leerlo me llevó a la siguiente reflexión y análisis.

Nunca he sido engañado, nunca he sido cuerneado, es decir, nunca me ha sido infiel una pareja sentimental, digo oficialmente, que yo me de cuenta pues. Porque si no te das cuenta es como si no ocurriera. 
No, apreciado lector infiel, NO te estoy disculpando, ni pienses que ya la hiciste, que ya chingaste paleta, nada mas lejos de esa realidad que sería tan conveniente para ti, no sientas prematuro alivio.

Ser traicionado y no darse cuenta es como tener cáncer y no saberlo, oficialmente nunca tienes cáncer, hasta que te lo detectan. Imagina a alguien que tiene cáncer pero no lo sabe, un día sale temprano de su casa a correr por el vecindario y lo atropella un camión, el no muere de cáncer oficialmente muere por atropellamiento.

Pero hay una enorme diferencia entre el cáncer y la infidelidad: El cáncer nunca nos dijo que nos amaba.

El cáncer nunca nos escribió cosas lindas, ni nos envió flores, tampoco nos presentó a su familia y a sus amigos. El cáncer nunca nos vio con ojos de infinito amor, el cáncer no tiene idea de que somos humanos y tenemos sentimientos, que una sola de sus acciones puede rebosar de felicidad nuestras vidas o por el contrario hacerla abosolutamente miserable. El cáncer nunca recibió toda nuestra confianza ni nuestra fé ciega. 

El cáncer nunca nos ha jurado amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario