miércoles, 15 de julio de 2009

Construir y Destruir




"Pero estoy comenzando mal esta historia. Primero, les tengo que contar algo que ocurrió hace unas cuantas semanas, al filo del verano. En una reunion relajada, divertida y rica en conversación, un matrimonio de amigos realizó entre ellos una breve charla. Ella dijo:


- En este verano me gustaría ir a algún lugar donde no haya estado nunca.


Veloz como desgracia, el marido respondió:


- ¿No te gustaría ir a la cocina?


Ella sonrió, pero en sus ojos había ya una pizca de divorcio."

Cuestión de Amor/Germán Dehesa/Editorial Diana.





En dias pasados retomé la lectura del libro citado anteriormente, lo leí por primera vez hace dos años aproximadamente, me gustó y lo disfruté, pero está vez mi mundo es diferente, y creanme que en esta segunda lectura lo he disfrutado mucho más. El parrafo anterior ni siquiera lo recordaba, pero ahora que lo leí lo he traido en mi mente dando vueltas.

Curiosos somos los seres humanos, invertimos tanto esfuerzo, tiempo y hasta dinero en conquistar a alguien, en conseguir su amor y sus atenciones. No importa si hipotecamos nuestro futuro, si prometemos como candidato en campaña, hacemos lo que tengamos que hacer. No estoy hablando de mentir ni de engañar, por que este post es de amor no de patanes.
Veneramos e idolatramos al ser amado, lo convertimos en principio y en final, en luz y sombra. Todo esto lo hacemos consientes y convencidos de que eso es lo que queremos hacer.

Después la realidad nos alcanza y lo que en plena conciencia construimos, lo empezamos a destruir en la inconciencia.
Sin darnos cuenta de la realidad, empezamos a mermar ese amor mutuo. Nos dedicamos a destruirlo de la manera mas absurda posible. Pensamos que no le hacemos daño a nadie con tal o cual actitud o comentario, pensamos que nuestras desatenciones están plenamente justificadas por el cansancio, el trabajo, los compromisos, la persecución del dinero. En fin, pretextos sobran.
Anteriormente he posteado algo al respecto, al retomar el tema no dejan de llegar esos recuerdos a mi mente. No me arrepiento de lo vivido, solo pienso en todo lo que he aprendido al respecto y deseo no volverme a equivocar de esa manera.
Mucho he aprendido del lugar que debe ocupar nuestra pareja, mucho he aprendido sobre el dar, y también he aprendido sobre el recibir.

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