martes, 20 de octubre de 2009

El Hijo Prodigo





Dificil elegir por donde empezar.


El día de hoy hubiera esperado cualquier cosa, pero jamás podría imaginar que al llegar a mi oficina me encontraría con esa sorpresa. No puedo negarlo, ha resultado muy agradable y en efecto me sorprendió. Siempre es bueno saber de la gente que uno quiere y que quiso, y en tu caso diría de la gente que uno recuerda que quiso.
No puedo mentirte y decir que no te guardaba rencor, aunque para ser honesto creo que hasta eso había olvidado. Quince años hace que desapareciste repentinamente y hoy repentinamente apareces.
Ese email tuyo ha abierto viejas heridas pero seguro estoy que ha sido para sanarlas definitivamente. En verdad me da un enorme gusto saber de ti y tambien me da gusto que hayas regresado a resolver un gran misterio.
Aprecio tus palabras y de corazón acepto tus disculpas. Por mi parte y con sinceridad te digo que todo eso ha quedado en el olvido.
Perdimos quince años de amistad, pero no es nada comparado con los cincuenta años mas que nos restan.


Ah pero eso si, si me vuelves a dejar hablando solo ya no te voy a perdonar.
Saludos y te mando un enorme abrazo.


San Escrin.

P.S. En efecto, tengo una linda novia y dos hijas que alimentar, y si un dia quieres escuchar la historia completa de estos quince años, me temo que tendríamos que cerrar un Starbucks varios días.

1 comentario:

  1. Me alegra tanto leer esta parte del blog, creo que es algo que algun día iba a pasar.....misterios de la amistad....Salud!!! por mis buenos amigos.

    ResponderEliminar