Esta semana vi la película Cold Souls protagonizada por uno de mis actores favoritos Paul Giamatti.
La trama de la película es tan buena como inverosímil (engranados absténganse de verla, gracias) Paul Giamatti (interpretándose a si mismo) resulta ser un actor que se encuentra atascado en medio de los ensayos para una puesta en escena, mientras su vida atraviesa por una especie de estancamiento emocional.
Incapaz de concentrarse en nada y con muchas cargas sobre sus hombros se encuentra con un articulo en una revista, es sobre una empresa que se dedica a “extraer el alma” de las personas y almacenarlas en un cuarto frio, para que el individuo viva digamos que de una forma mas ligera.
Al tal Paul le parece buena idea el tratamiento y decide ir a que se lo practiquen. Ya sin alma Paul se da cuenta que su vida efectivamente es mas ligera, es mas simple, pero hueca, sin vida, sin esa chispa que nos hace levantarnos a vivir sea cual sea el tipo de vida que tengamos.
Me pareció genial la forma en que el guionista le da la primera puñalada al tal Paul, resulta que su alma no es mas grande que un garbanzo, de hecho tiene un enorme parecido con dicha leguminosa, cosa que lo deja contrariado y con el ego lastimado.
La película deriva en una serie de desventuras para que Paul pueda recuperar su alma, arrepentido e insatisfecho con su decisión. No tarda mucho en darse cuenta de que si bien su alma no llenaba todas sus expectativas esta le hacia mas falta de la que el en un principio supuso.
Error de calculo tal vez, egoísmo e idiotez seguramente.
Como Hollywood siempre es perfecto, Paul recupera su alma y vive feliz para siempre (eso ya fue de mi imaginación) En la vida real, sabe Dios en que terminaría el tal Paul.
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