La Vida Desde El Dolor

El dolor me valía madre, no me importaba, ni siquiera pensaba en el, hasta que me dolió a mi. Ahora que me duele, me duele por contagio. En primer plano veo a mi compadre que después de una simple operación de cadera (digo simple, por que en principio no era la gran cosa) sufre una fractura de fémur lo cual lo lleva a una dolorosa postración y una nueva cirugia, esta vez mucho mas delicada y compleja que la primera. El resultado dos varillas metalicas insertadas en el hueso, una lenta y dolorosa recuperacion, tres meses de incapacidad. Mucho tiempo para pensar y para sufrir.
El segundo caso es otro amigo, no muy cercano, pero amigo al fin. Su situación es realmente difícil, lo ví a principios de semana, lo iban a operar para corregirle tres discos de la columna que le ocasionan problemas para estar de pié y muchos mas problemas para caminar, dolor constante, intenso e insoportable a veces. El miércoles era su operación, y digo era por que no pudo ser. Al practicarle los estudios pre operatorios le detectaron cinco mini infartos en el corazón, asi que no es candidato a operación alguna, solo bajo su propia responsabilidad. Asi que triste su situación, vivir con dolor o arriesgar su vida en el intento de erradicarlo.
En tercer plano está Doña Elia. Incansable e imparable, en el pecado lleva la penitencia. Sus últimos años han transcurrido entre dolor y dolor, pero su bondad es mas grande, por eso no hay dolor que la detenga, es capaz de aguantar sin hacer gestos con tal de estar con sus hijos, hasta que el dolor la vence y entonces nuevamente al hospital, a luchar contra el dolor, pero sobre todo contra el temor que consume, el temor de que sea la ultima vez. Hoy la vi en la mañana, platicamos poco, otra vez ese metiche indeseable se interpone, el dolor de estomago no la deja en paz. Curioso circulo vicioso, no tolera las pastillas y son las pastillas las que le llevan el alivio. Al final se duerme, como para olvidar que le duele. Yo tambien quiero dormir, y olvidar…