miércoles, 16 de junio de 2010

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En visperas del juego de México Vs Francia he rescatado de mi memoria futbolera un archivo muy especial.

Recuerdo muy bien el mundial de Francia 1998. Lunes 29 de Junio de 1998.
Ese dia se disputaria el partido de Octavos de final entre las selecciones de México y Alemania, era en horario matutino, no recuerdo bien, pero creo que como a las 10 de la mañana, asi que me fuí a desayunar con mi amigo Baltazar, desayunamos y aprovechamos para ver el juego.
El pasó por mi a mi departamento, y antes de salir hice algo inusitado, encendí una veladora a la virgencita de Guadalupe para que ayudara a mi amado tricolor.
Una de dos, a la virgencita le vale cochi el futbol, o de plano no le interesan mis peticiones.
En primera instancia pensé que mi fanatismo religioso iba a dar frutos en los zapatos de Luis Hernandez, quién empezando el segundo tiempo anotó el gol que le daba ventaja a México, una increible ventaja ya que enfrente estaba la poderosa Alemania. Minutos mas tarde ahi estaba, la oportunidad de oro, clavarle el segundo puñal a Alemania, no puedo decir que sería el definitivo, pero si nos daria una ventaja muy importante, pero fué voluntad del Srito. Hernandez pegarle a la pelota con un periodico mojado y sacar un tirititito mas chafa que los programas del mundial de Televisa y TV Azteca juntos.
Al minuto 75 el defensa mexicano Raúl Rodrigo Lara (nunca olvidaré ese nombre) decide que es su voluntad no entrarle con webos a un centro alemán, el balón se escurre y Jürgencito Klinsmann nos ensarta tremendo pepinazo que ni el maravilloso Jorge Campos puede detener. Creo que la estupidéz del Rodriguito necesitaba más que un milagro para desaparecer.
De ahi en adelante el juego regresa a la normalidad, la vida del planeta está a salvo. Alemania domina y en el minuto 86 nuestra pesadilla se convierte en realidad. Remate de cabeza de un tal Oliver Bierhoff y a la ver ganado los alemanes nosotros nos regresamos a casita.
Asi fue aquella mañana triste como tantas otras, que nos han tocado vivir a los mexicanos futboleros como yo.
Hoy mi México querido se enfrenta a Francia en un partido que puede ser la gloria o el infierno para nuestra selección, o nos enfilamos con todo a los octavos de final, o en caso de perder , terminaremos regresando temprano y con un fracaso del tamaño de la pobreza africana.
No creo que esta vez encienda una veladora, pero si me atrevo a decir:
Diosito, núnca te he pedido nada ...

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