martes, 29 de julio de 2008

7457



Este fin de semana resultó muy productivo.

El viernes fuimos a pistiarrrrr a La Resaca, mis hermanas, mi cuñado y yo mero.
Empezamos tempra, como a las seis, y terminamos tempra, como a las once y media.
Muchas risas, muchos anecdotas, muchas cheves y dos tostadas de ceviche para mi :)

Seguimos la pisteada en la casa de Doña Elia, una hora mas que sirvió para ponernos de acuerdo en la actividad del dia siguiente. Un tour por La Ruta Del Vino en el Valle de Guadalupe.
Salimos temprano (si, como no, despues de la peda de la noche anterior). Primero fuimos a un lugar llamado La Casa De Doña Lupe, es una vinateria pequeña en donde venden también pan, queso, y productos organicos, además de un buen vino tinto. Para comer en forma solo hay pizzas, y como yo no soy muy amante de esa comida (no pasa mi prueba de costo beneficio) entonces solo acompañamos el vino con el quesito y el pan. Un lugar muy bonito, mesas en un jardin anexo al plantio de uva ya casi lista para la vendimia, un hermoso clima fresco. Me da mucho gusto poder pasar momentos asi con mi mamá y con mi papá.
Al final tuvimos la oportunidad de saludar a Doña Lupe, una mujer de edad avanzada y muy amable.
Nos retiramos con toda la intención de visitar nuestro acordado segundo punto del viaje, Monte Xanic. Oh sorpresa, cerrado. Continuamos por la carretera a ver si encontrabamos Casa de Piedra que era nuestra tercera opción, pero nos topamos con Chateau Camou, una vinatera modesta pero muy bonita, estaban por cerrar, pero por casualidad nos encontramos en la carretera al "cateador" (asi nos lo presentó quien lo acompañaba, por un momento pensé que nos golpearia) El tal "cateador" resultó ser un joven muy amable, abrió las instalaciones solo para nosotros, y nos permitió la cata de cuatro vinos previo pago de 50 pesos. El mejor de todos a mi gusto, y al parecer al gusto de todos, fué el Chardonnay (Shardoné) asi que decidí comprar una botella, la cual viene numerada debido a su limitada producción, el numero de mi botella era el que le da nombre a esta entrega, 7457. Vino después la visita al resto de las instalaciones, el maravilloso jardín trasero con una hermosa vista a los viñedos, tomamos fotos como japoneses, respiramos ese aire fresco y limpio que en Mexicali no tenemos. Siguieron la visita a el resto de la planta, las instalaciones de elaboración del vino acompañada de una larga platica sobre el proceso del mismo, muchas preguntas amables respuestas.
Nos despedimos con una visita a los nuevos plantios, los cuales estarán dando fruto dentro de tres años, y con ello duplicarán la producción de esta casa.
Antes de regresar a Mexicali llegamos a comer a un restaurant del poblado, comida muy basta y muy rica, solo que un poco precipitada por que don Serapio quería regresar a tiempo para ver el box (esto merece una reseña aparte).
Llegando, vimos el Box y me retiré a mi casa pensando en la botella de Chardonnay y la felicidad que ella representaba (sonrisa siniestra). Al entrar en mi casa me dirijo inmediatamente al refrigerador para darle al vino la temperatura que merece, malabareando con las llaves y la Niña Mala intento sacar de la bolsa la botella, un error de calculo y mis torpezas terminaron con la botella y mis lujuriosas ilusiones, la botella escurrió por mis manos y cayó al suelo.
Triste fin para la 7457.
Lo unico que quedó de ella fué el delicioso olor frutal que inundó mi casa.

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