Siempre me han gustado los viernes, pero este me gusta mas. Es fin de semana largo, se casa el Alfred, Iré a Tj a ver a los Cadillacs, Llega el Vic con toda la intención de ir a la Baja Mil, y Entregaré mi camioneta. Esto último no es como para ponerse contento, pero como esté fin de semana voy a ir a calar dos carritos que están en la lista de favoritos pues eso como que me anima ante la perdida de mi compañera estos ultimos tres años. Alguna vez alguien me dijo cuando vendió un carro, recordando todas las cosas que pasaron juntos, que no era necesario decirle a su "compañero" que le guardara los secretos, por que habían pasado tantas cosas juntos que eso no era necesario. Ese es mi caso.
Aqui está la susodicha
La Voy a Extrañar...
No se por que, pero hoy no tengo ganas de hacer francamente nada, a pesar de ello he estado trabajando un poco para sacar los pendientes antes de irme a Tj.
Así luce mi escritorio hoy por la morning.
Mi computadora y mis vitaminas. ja!
Ayer en la noche me tocó quedarme con mis hijas a cuidarlas. Mi Karen me pidió que le ayudara con su taréa, una de ellas es la correspondiente a su preparación para su primera comunión. Es una tarea especial para los padres, en ella tenemos que hablar con nuestros hijos sobre un tema especifico. El de ayer era la forma en que Dios nos cuida y escucha nuestras peticiones, así que le tenía que hablar de ello y ponerle un ejemplo. Le platiqué lo sucedido hace 5 años, cuando mi papá estaba en el hospital ya casi del otro lado (y no en Calexico precisamente). Le conté que estabamos todos los hermanos en la sala de espera del hospital, mientras a mi papá le practicaban una cirugia muy delicada, aunque a su edad ya es delicado hasta cortarse las uñas.
Estabamos reunidos todos los hermanos, yo estaba entre mi hermana Lupita y mi hermana Marlen, ella que siempre ha sido muy creyente me dió una imagen del Sagrado Corazón de Jesús y mi pidió que leyera la oración que venía al reverso. Fué curioso, por que exactamente cuando terminé la lectura, nos llamó el Doctor para informarnos que la operación habia sido exitosa.
Desde entonces conservo esa imagen y es la que me acompaña ultimamente en mi oficina.
Creo que a mi Karen le gustó la historia, y a mí me gustó compartirla con ella.
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